Y besos
Tenes el encanto de una ciudad por la noche vista de lejos. Con miles de luces de colores (verdes tranquilas, amarillas neuróticas, rojas voraces) que compiten con las estrellas en un absurdo espectáculo que ya casi no puedo ver, porque no tengo tiempo, porque me dejaron ciega de ojo y medio, porque estoy ocupada llenando un vacío existencial con besos hambrientos. Y yo no beso con los ojos abiertos. Eso de locos. De locos raros. No como yo, no de locos simpáticos.
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